sábado, 9 de febrero de 2019

Iglesia Católica Apostólica Romana.

               


La imagen católica, tiene como base la tortura, el sacrificio, la muerte aterradora de un Cristo sufriente. El símbolo católico, como es la cruz, que va directo al subconciente y queda grabado en roca, una creencia fundamentada en el crimen, en el sufrimiento, es dejar de lado la riqueza fundamental de un cristianismo puro, de parábolas, enseñanzas espirituales, de una moral y una ética destinada al desarrollo de una raza humana.
La representación principal de Cristo, debe ser rodeado de seguidores, escuchando sus sabias enseñanzas, que son las verdaderas herramientas, con las que la humanidad debe avanzar y dar el salto cuántico, de una mayoría de edad mental. El pez, es el símbolo de los primeros cristianos. 
Gran parte de la historia católica, está manchada con actos delictuales repudiables, como la pedofilia, asesinatos, crímenes, guerras "santas", que son contrarias al Cristianismo. "Cuando la religión es causa de división, guerras, torturas, terrorismo... el acto más religioso, es no tener ninguna religión" (Bahá'u'lláh).

Celebrar las misas con vino tinto, refleja una abominación para una grave enfermedad, como lo es el alcoholismo, darle el carácter de sacralidad a este evento diario, repetido por centurias, es evidente que, el sacerdote con su cáliz de oro, degustando una sustancia tóxica, etílica, es realmente responsable de una adicción masificada.

¿Dónde están los 10 mandamientos recordados, en cada misa, en cada rito religioso? ¿Cuántas personas conocen el Sermón de la Montaña? ¿Dónde está la sanación espiritual? Cuando a diario vemos degradación humana por todas partes, donde miran los niños y niñas. La decadencia gobierna las mentes, con creencias aberrantes, argumentan de manera retorcida que lo malo es bueno.

Las misas debieran ser verdaderas escuelas formadoras de la moral, la ética, desarrollar valores filantrópicos, con actitudes virtuosas, cualidades benefactoras, para una raza perdida en el mundo de las adicciones dañinas.

La iglesia católica debe actualizarse, modernizarse, en relación al sacerdocio. Las monjas deben poder aspirar a ser obispas, cardenalas, papisas, etc. Realizar las mismas labores que un sacerdote.

El machismo eclesiástico es parte de un oscuro pasado de las religiones.

Es muy posible que el hombre al considerarse superior a las mujeres, diera paso a una misoginia peligrosa y tuviera relación con los femicidios, a través de la historia de la humanidad, de más de dos mil años.

Revisando la conducta masculina, se ve cómo va relegando a la mujer, a servirle como una esclava, me refiero a los sacerdotes.

Si pretenden continuar como institución religiosa en el futuro, deberán hacer cambios que involucren, de manera justa, a las monjas, que usen los conventos para dormir y no para vivir enclaustradas en ellos.

El poder que le daba a un hombre la sotana, la cruz, la vinculación sagrada con Dios, como representante divino en este mundo, dio paso a la compuerta prohibida, comenzó a enfocar y a maquinar el siniestro plan, dándole mal uso a ese poder, para comenzar a satisfacer su animalidad, abusando, violando la infancia humana. Es uno de los peores pecados de la iglesia católica apostólica romana. Algo me dice que los vicios, las desviaciones y aberraciones de los romanos, se heredaron de manera cómplice, silenciosa e implícita en la ritualidad religiosa, desde sus inicios, cuando fueron la religión oficial, por mandato real, desde Constantino en adelante.

Cada pensamiento, cada acto diabólico en contra de seres indefensos, por parte de esos hombres sacerdotes, confirma un tipo de ateísmo reinante en sus afiebradas mentes insanas.
La manipulación religiosa es parte de las políticas masculinas para subyugar a la raza humana.

La Mano de Nadie.