LA VERDADERA CIVILIZACIÓN
¡Oh pueblo de Dios! No os ocupéis de vosotros mismos.
Dedicaos al mejoramiento del mundo y a la educación de las naciones.
Dedicaos al mejoramiento del mundo y a la educación de las naciones.
Bahá'u'lláh
La Religión, Base de la Civilización
Desde el punto de vista bahá'í los problemas de la vida humana, individuales y sociales, son tan inconcebiblemente complejos que la inteligencia humana común es incapaz por sí misma de resolverlos acertadamente. Sólo el Omnisciente conoce plenamente el propósito de la creación y cómo puede ser alcanzado dicho propósito. Él muestra al mundo, por medio de los Profetas, la verdadera meta de la vida humana y el camino recto hacia el progreso, y la edificación de la verdadera civilización depende de la adhesión leal a la guía de la Revelación profética. Bahá'u'lláh dice:
La religión es el más grande instrumento para el orden del mundo y la tranquilidad de todos los seres existentes. El debilitamiento de los pilares de la religión ha alentado a los ignorantes y los ha vuelto audaces y arrogantes. En verdad os digo, que todo aquello que sirviere para rebajar la elevada posición de la religión aumentará la irresponsabilidad en los malvados y, finalmente, el resultado será la anarquía...
Considerad cómo la civilización de los pueblos del Occidente ha conmovido y agitado a los pueblos del mundo. Se han inventado instrumentos infernales y se ha desplegado tal atrocidad en la destrucción de vidas como jamás habían visto los ojos del mundo ni oído los oídos de las naciones. Es imposible reformar estos males violentos y abrumadores, excepto que los pueblos del mundo se unan para un fin determinado o bajo la sombra de una sola religión...
¡Oh pueblo de Bahá! Cada uno de los mandatos revelados es una poderosa fortaleza para la protección del mundo.126
El presente estado de Europa y del mundo en general confirma de manera elocuente la verdad de estas palabras escritas hace tantos años. La negligencia hacia los mandatos proféticos y el predominio de la irreligión han sido acompañados por el desorden y la destrucción en la más terrible proporción, y sin un cambio en el corazón y en la finalidad, que es la característica esencial de la verdadera religión, la reforma de la sociedad parece completamente imposible.
Justicia
En el libro Palabras Ocultas, en el que Bahá'u'lláh da brevemente la esencia de Sus enseñanzas proféticas, Su primer consejo se refiere a la vida del individuo: "Posee un corazón puro, bondadoso y radiante". Lo siguiente indica el principio fundamental de la verdadera vida social:
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia; no te apartes de ella si Me deseas, y no la descuides para que Yo pueda confiar en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no por los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad la justicia es Mi ofrenda a ti y el signo de Mi amorosa bondad. Tenla, pues, ante tus ojos.
Lo más esencial en la vida social es que el individuo sea capaz de distinguir lo verdadero de lo falso y lo bueno de lo malo, y que pueda ver las cosas en su verdadera proporción. La causa principal de la ceguera social y espiritual, y el enemigo más grande del progreso social, es el egoísmo. Dice Bahá'u'lláh:
¡Oh vosotros hijos de la inteligencia! El delgado párpado impide al ojo ver el mundo y lo que contiene. ¡Pensad, pues, en el resultado cuando la cortina de la avaricia cubre la vista del corazón!
¡Oh pueblo! El velo de la codicia y la envidia oscurece la luz del alma, como la nube impide la penetración de los rayos del sol.127
Una larga experiencia está por fin convenciendo a los hombres de la verdad de las enseñanzas proféticas que dicen que miras y actos egoístas traen inevitablemente el desastre social, y que si queremos evitar que la humanidad perezca ignominiosamente, cada cual debe mirar las cosas de su vecino como de igual importancia que las propias y subordinar sus propios intereses a los de la humanidad como un todo. De este modo, los intereses de todos y de cada uno serán finalmente mejor servidos. Bahá'u'lláh dice: "¡Oh hijo del hombre! Si miras hacia la justicia, elige para los demás lo que elegirías para ti".128
Gobierno
Las enseñanzas de Bahá'u'lláh contienen dos tipos distintos de referencias al problema del verdadero orden social. Uno de ellos está ejemplificado en las tablas reveladas a los reyes, que tratan del problema del gobierno tal como existía en el mundo cuando Bahá'u'lláh vivía; el segundo se refiere al nuevo orden a desarrollarse dentro de la comunidad bahá'í.
De ahí que encontremos un agudo contraste entre pasajes tales como: "El Dios único y verdadero, ¡exaltada sea Su gloria!, siempre ha considerado y continuará considerando a los corazones de los hombres como Su posesión propia y exclusiva. Todo lo demás, ya pertenezca a la tierra o al mar, ya sea riqueza o gloria, Él lo ha legado a los reyes y gobernantes de la tierra"; y este otro: "Conviene a todos los hombres, en este Día, asirse firmemente del Más Gran Nombre y establecer la unidad de toda la humanidad. No hay lugar adonde huir, ni refugio que nadie pueda buscar sino Él".129
La incompatibilidad aparente de estos dos puntos de vista desaparece cuando se observa la distinción que Bahá'u'lláh hace entre la "Paz Menor" y la "Más Grande Paz". En sus Tablas a los reyes, Bahá'u'lláh los exhortó a que se reunieran con el fin de tomar medidas para el mantenimiento de la paz política, la reducción de armamentos y la eliminación de las cargas y la falta de seguridad de los pobres. Pero Sus palabras muestran claramente que el no responder a las necesidades de la época daría lugar a guerras y revoluciones que llevarían a la destrucción del orden establecido. Por lo tanto, dijo por una parte: "Lo que la humanidad necesita en este día es obediencia a aquellos que ejercen autoridad", y por otra: "Aquellos hombres que, habiendo acumulado las vanidades y adornos de la tierra, se han alejado de Dios con desdén, han perdido este mundo y el mundo venidero. Dentro de poco, Dios, con la Mano del Poder, les arrancará sus posesiones y les despojará del manto de Su bondad". "Tenemos un tiempo fijado para vosotros, oh pueblos. Si a la hora señalada no os volvéis hacia Dios, Él en verdad os asirá violentamente y hará que penosas aflicciones os acosen de todas direcciones." "Los signos de convulsiones y caos inminentes pueden discernirse ahora, por cuanto el orden prevaleciente resulta ser deplorablemente defectuoso." "Nos hemos comprometido a asegurar Tu triunfo sobre la tierra y exaltar Nuestra Causa por encima de todos los hombres, aunque no encontremos ningún rey que dirija su mirada hacia Ti."130
"El Gran Ser, deseando revelar los requisitos previos para la paz y tranquilidad del mundo y el adelanto de sus pueblos, ha escrito: Debe llegar el tiempo cuando la imperativa necesidad de tener una concentración vasta y omnímoda de los hombres será universalmente comprendida. Los gobernantes y reyes de la Tierra deben necesariamente concurrir a ella y, participando en sus deliberaciones, deben considerar los procedimientos y medios que establezcan entre los hombres los fundamentos de la Gran Paz mundial. Tal paz exige que las Grandes Potencias decidan, para la tranquilidad de los pueblos de la Tierra, estar completamente reconciliadas entre sí. Si algún rey tomare sus armas contra otro, todos deberán levantarse unidos e impedírselo."131
Con estos consejos Bahá'u'lláh reveló las condiciones bajo las cuales la responsabilidad pública será desempeñada en este Día de Dios. Al apelar a la solidaridad internacional, por un lado previno Él a los gobernantes, en forma no menos inequívoca, que la prolongación de contiendas destruiría su poder. Ahora la historia contemporánea confirma esta advertencia con el nacimiento de aquellos movimientos coercitivos que en todas las naciones civilizadas han alcanzado una energía tan destructiva, y con el desarrollo de la guerra al grado que la victoria no puede ser ya obtenida por ninguna de las partes. "Ya que habéis rehusado la Más Grande Paz, aferraos a ésta, la Paz Menor, que quizás podáis mejorar algo vuestra propia condición y la de vuestros subordinados." "Lo que el Señor ha ordenado como el supremo remedio y el más poderoso instrumento para la curación del mundo entero es la unión de todos sus pueblos en una Causa universal, en una Fe común. Esto no puede lograrse sino por el poder de un Médico inspirado, hábil y todopoderoso."132
Se entiende por la Paz Menor la unidad política de los Estados, mientras que la Más Grande Paz es la unidad que abarca factores espirituales, así como los factores políticos y económicos. "Pronto el orden actual será enrollado y uno nuevo será desplegado en su lugar."133
En tiempos pasados un Gobierno podía ocuparse de los asuntos externos y cuestiones materiales, pero hoy la función de gobernar exige cualidades de liderazgo, de consagración y de conocimientos espirituales que no son posibles sino para aquellos que se han vuelto hacia Dios.
Libertad Política
No obstante abogar por una forma representativa de Gobierno local, nacional e internacional como condición ideal, Bahá'u'lláh enseña que esto es posible sólo cuando los hombres han alcanzado un grado superior de desarrollo individual y social. Conceder repentinamente el derecho de gobernarse a sí mismos a pueblos sin educación, que están dominados por deseos egoístas y que no tienen experiencia en la dirección de asuntos públicos, sería desastroso. No hay nada más peligroso que la libertad para aquellos que no están preparados para usarla con sabiduría. Bahá'u'lláh escribe en el Libro de Aqdas:
Considerad la mezquindad de las mentes humanas. Piden lo que les hace daño y rechazan aquello que les aprovecha. Son, de veras, de los que se han extraviado lejos. Encontramos a algunos hombres que desean libertad y se jactan de ello. Tales hombres están en las profundidades de la ignorancia.
La libertad tiene que llevar, finalmente, a la sedición, cuyas llamas nadie puede apagar. Así os advierte Aquel Quien es el Calculador, el Que Sabe Todo. Sabed que la personificación de la libertad y su símbolo es el animal. Lo que le conviene al hombre es sumisión a las restricciones que le protegerán de su propia ignorancia y le resguardarán del daño de los hacedores de maldad. La libertad hace que el hombre sobrepase los límites de la decencia e infrinja la dignidad de su posición. Lo rebaja al nivel de extrema depravación y perversidad.
Estimad a los hombres como un rebaño de ovejas que necesitan de un pastor. Esto, ciertamente, es la verdad, la verdad cierta. Aprobamos la libertad en ciertas circunstancias, y en otras rehusamos sancionarla. Nosotros, ciertamente, somos el Omnisciente.
Di: La verdadera libertad consiste en la sumisión del hombre a Mis mandamientos, por poco que la conozcáis. Si los hombres observaran aquello que les hemos enviado desde el Cielo de la Revelación, ellos, ciertamente, alcanzarían la perfecta libertad. Feliz es el hombre que ha comprendido el Propósito de Dios en todo lo que Él ha revelado desde el Cielo de Su Voluntad, que penetra todas las cosas creadas. Di: La libertad que os aprovecha no se halla en ningún lugar salvo en la completa servidumbre hacia Dios, la Eterna Verdad. Quienquiera que haya gustado su dulzura rehusará trocarla por todo el dominio de la tierra y del cielo.134
Para mejorar la condición de razas y naciones atrasadas, las divinas enseñanzas son el remedio soberano. Cuando ambos, pueblos y gobernantes, aprendan y adopten estas enseñanzas, las naciones serán liberadas de todas sus cadenas.
Gobernantes y Súbditos
Bahá'u'lláh prohíbe la tiranía y la opresión en los términos más enfáticos.
En Palabras Ocultas escribe:
En Palabras Ocultas escribe:
¡OH OPRESORES DE LA TIERRA!
Apartad vuestras manos de la tiranía, pues Me he comprometido a no perdonar la injusticia de ningún hombre. Éste es Mi convenio que he decretado irrevocablemente en la tabla preservada y he sellado con Mi sello de gloria.
Aquellos encargados de la formación y administración de las leyes y reglamentos deben "sujetarse a la cuerda de la consulta; juzgar y ejecutar aquello que conduzca a la seguridad del pueblo, su prosperidad, bienestar y tranquilidad, pues si obrasen de diferente manera, esto conduciría a la discordia y el tumulto".135
Por otra parte, las gentes deben respetar la ley y ser leales a todo Gobierno justo. Deben confiar en métodos educativos y en la fuerza del buen ejemplo, no en la violencia, como medio de mejorar las condiciones del país. Bahá'u'lláh dice:
En cualquier país donde resida alguno de los de esta comunidad, su conducta hacia el Gobierno de ese país debe ser de obediencia, fidelidad y veracidad.136
¡Oh pueblo de Dios! Adornad vuestros templos con el manto de la fidelidad y la integridad; luego, asistid a vuestro Señor con las fuerzas de las buenas acciones y la buena moral. En verdad, os hemos prohibido la sedición y la contienda en Mis libros y epístolas, en Mis escritos y tablillas; y con esto hemos deseado solamente vuestra elevación y exaltación.137
Nombramientos y Ascensos
Al hacerse nombramientos, la única condición debe ser la aptitud para el puesto. Ante esta consideración superior, todas las demás, como edad, posición social o económica, conexiones de familia o amistades personales, deben ser desechadas. Bahá'u'lláh dice en la Tabla del Ishráqát:
El quinto Ishráq (Esplendor) es el conocimiento por los Gobiernos de la condición de los gobernados, y el concederles grados de acuerdo con sus conocimientos y méritos. Considerar este asunto es la obligación de todo jefe y gobernante, para que los traidores no usurpen las posiciones de los hombres honrados ni hombres corruptos ocupen el sitio de guardianes.
No es necesario profundizar demasiado en este asunto para demostrar que cuando este principio sea generalmente aceptado y aplicado, será sorprendente la transformación de nuestra vida social. Cuando cada individuo ocupe el puesto para el cual lo habiliten especialmente su talento y sus capacidades, podrá poner su corazón en su trabajo y ser un artista en su profesión, con incalculable beneficio para él y para el resto del mundo.
Problemas Económicos
Las enseñanzas bahá'ís insisten de la forma más enfática en la necesidad de reformar las relaciones económicas entre los ricos y los pobres. 'Abdu'l-Bahá dice:
Las medidas para regularizar las condiciones económicas de la gente deberían ser tales que la pobreza debería desaparecer, que todos, hasta donde fuese posible, de acuerdo con su rango y posición, debieran tener su parte de comodidad y bienestar.
Por un lado vemos entre nosotros a personas que están sobrecargadas de riqueza, y por otro lado otras que desfallecen por no tener ni qué comer; aquellos que tienen varios palacios, y los otros no tienen dónde descansar su cabeza. Encontramos a algunos con abundancia de alimentos delicados y costosos, mientras que otros apenas pueden conseguir un mendrugo para mantenerse con vida. Mientras unos se visten con terciopelos, pieles y lino, otros no tienen ni lo necesario para protegerse del crudo invierno. Esta situación es mala y debe ser remediada. Pero el remedio deberá emprenderse cuidadosamente. No puede hacerse de manera que haya absoluta igualdad entre los hombres.
¡La igualdad es una quimera! Es completamente impracticable. Aun cuando se llevara a cabo, la igualdad no podría continuarse, y si su existencia fuese posible, todo el orden del mundo sería destruido. La ley del orden debe existir siempre en el mundo de la humanidad. Éste es un decreto divino aplicado a la creación del hombre... La humanidad, como un gran ejército, necesita un general, capitanes, suboficiales de todos los grados, y también los soldados, cada uno con sus deberes señalados. Los grados son absolutamente necesarios para asegurar una organización ordenada. Un ejército no podría componerse solamente de generales o de capitanes, o tan sólo de soldados sin alguna autoridad...
Verdaderamente, habiendo algunos enormemente ricos y otros lamentablemente pobres, se hace necesaria una organización para mejorar y regularizar tal estado de cosas. Es importante limitar las riquezas, como es importante también limitar la pobreza. Ninguno de los dos extremos es bueno... Cuando vemos que la pobreza alcanza los límites del hambre, es un signo seguro de que en alguna parte existe tiranía. Los hombres deben darse exacta cuenta de este asunto y no demorar más tiempo la modificación de las condiciones que causan la miseria y la cruel pobreza a un gran número de gentes.
Los ricos deben dar una parte de su abundancia, deben tener el corazón menos duro y cultivar una compasiva inteligencia, pensando en aquellos infelices que carecen de lo más necesario para la vida.
Deberán establecerse leyes especiales que traten de las condiciones extremas de riqueza y pobreza... Los Gobiernos deberán sujetarse a la Ley Divina, que da igual justicia a todos... Hasta que esto no sea un hecho no se habrá obedecido la Ley de Dios.138
Rentas Públicas
'Abdu'l-Bahá sugiere que cada ciudad, pueblo o distrito se encargue, tanto como sea posible, de administrar los asuntos fiscales dentro de su propia área y contribuir en debida proporción a los gastos del Gobierno central. Una de las principales fuentes de ingreso debería ser un impuesto proporcional a la renta. Si la renta de un hombre no excede a lo que necesita para sus gastos, no se le exigirá el pago de impuestos; pero en todos los casos en que la renta exceda a los gastos necesarios debe imponerse un impuesto cuyo porcentaje se elevará de acuerdo con el exceso de renta sobre los gastos.
Por otra parte, si la persona, por razón de enfermedad, mala cosecha o cualquier otra causa de la cual no es responsable, se ve imposibilitada de ganar lo suficiente para cubrir sus gastos durante el año, entonces la cantidad que falta para su sostenimiento y el de su familia deberá ser provista de los fondos públicos.
Habrá también otras fuentes de renta pública, como, por ejemplo, las de bienes intestados, minas, tesoros encontrados y contribuciones voluntarias; mientras que en los gastos han de figurar concesiones para el sostenimiento de los inválidos, huérfanos, sordos y ciegos, escuelas, y para mantener la salud pública. De esta manera quedarán provistos el bienestar y la comodidad de todos.139
Partición Voluntaria
En una carta a la Organización Central pro Paz Duradera que 'Abdu'l-Bahá escribió en 1919, dice:
Entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh está la de la partición voluntaria de los bienes propios con la humanidad. Esta partición voluntaria es más meritoria que una igualdad impuesta por leyes, y consiste en lo siguiente: que no se prefiera a sí mismo sobre los demás, antes bien deberá sacrificarse la propia vida y los bienes por los otros. Pero esto no debe ser introducido por coerción, mediante una ley que el hombre esté obligado a cumplir. No, porque el hombre debe sacrificar voluntariamente su prosperidad y su vida por sus semejantes y dar con gusto para ayudar a los pobres, tal como se hace en Persia entre los bahá'ís.
Trabajo para todos
Una de las más importantes instrucciones de Bahá'u'lláh en lo relativo a la cuestión económica es que todos deben dedicarse a algún trabajo útil. No deben existir zánganos en la colmena social, ni parásitos físicamente capaces en la sociedad. Él dice:
Se ha ordenado a cada uno de vosotros que os dediquéis a alguna ocupación, ya sea arte, oficio u otra cosa. Hemos hecho esta vuestra ocupación idéntica a la adoración de Dios, el Verdadero. Reflexionad, ¡oh pueblo!, sobre la misericordia de Dios y sobre Sus favores y dadle gracias mañana y noche.
No perdáis vuestro tiempo en el ocio y la indolencia, y ocupaos en aquello que pueda beneficiaros a vosotros y a vuestros semejantes. Así se ha decretado en esta Tabla, desde el horizonte de donde el Sol de la Sabiduría y la Divina Prolación está brillando. Los hombres más despreciables ante Dios son aquellos que se sientan y piden. Asíos de la cuerda de los recursos, confiando en Dios, la Causa de las Causas.140
¡Cuánta energía empleada en el mundo de los negocios de hoy en día es gastada simplemente en anular y neutralizar los esfuerzos de los demás en inútil lucha y competencia!, y ¡cuánta en cosas que son aún más dañinas! Si todos trabajasen, si todo fuera trabajo, ya sea intelectual o manual, de naturaleza provechosa para la humanidad, como Bahá'u'lláh ordena, las provisiones de todo lo necesario para la salud, comodidad y noble vida serían ampliamente suficientes para todos. No tendrían por qué existir barrios de miseria, hambre, privaciones, esclavitud industrial, faenas destructoras de la salud.
La Ética en la Riqueza
De acuerdo con las enseñanzas de Bahá'u'lláh, la riqueza propiamente adquirida y rectamente gastada es honorable y digna de alabanza. Los servicios prestados deben ser adecuadamente recompensados. Bahá'u'lláh dice en la Tabla de Tarázát: "El pueblo de Bahá no debe rehusar dar la recompensa merecida y debe respetar a los que poseen talento... Debemos hablar con justicia y reconocer el valor de los beneficios".
Refiriéndose a los intereses sobre el dinero, Bahá'u'lláh dice en la Tabla de Ishráqát:
Encontramos que la mayoría de la gente tiene necesidad de este sistema, pues si no fuese permitido pagar intereses, los negocios serían trabados y obstruidos... Rara vez se encuentran personas que presten dinero bajo el principio de "Qard-i-hasan" (que literalmente significa "buen préstamo", o dinero prestado sin interés y pagado a la voluntad del deudor). En consecuencia, como un favor a los siervos hemos decretado que la "ganancia sobre dinero" sea corriente entre otras transacciones de negocios que existen entre la gente. Es decir... es permisible, legal y honrado el cobrar intereses sobre dinero... pero estos negocios deben conducirse con moderación y justicia. La Pluma de Gloria se ha negado a señalar límites, como muestra de la Sabiduría de Su presencia y para conveniencia de Sus siervos. Exhortamos a los amigos de Dios a obrar con equidad y justicia, de tal manera que la misericordia y compasión de Sus amados se manifiesten entre unos y otros...
La ejecución de estos asuntos ha sido encomendada a los hombres de la Casa de Justicia, para que puedan obrar con sabiduría y de acuerdo con las exigencias de la época.
La Esclavitud Industrial Prohibida
En el Libro de Aqdas, Bahá'u'lláh prohíbe la esclavitud, y 'Abdu'l-Bahá explica que no sólo la esclavitud, sino también el trabajo esclavo es contrario a la ley de Dios. En 1912, cuando se encontraba en los Estados Unidos, dijo al pueblo norteamericano:
Entre 1860 y 1865 hicisteis algo maravilloso: abolisteis la esclavitud; pero hoy día tenéis que hacer algo más maravilloso: abolir la esclavitud industrial...
La solución de los problemas económicos no será lograda por medio del enfrentamiento del capital y el trabajo, en disputa y conflicto, sino por la voluntaria actitud de buena voluntad por ambos lados. De esta forma se habrán obtenido condiciones justas y duraderas.
Entre los bahá'ís no existen las prácticas de extorsión, mercenarias e injustas, demandas de rebelión, ni sublevaciones revolucionarias contra los Gobiernos existentes...
En el futuro no les será posible a los hombres amasar grandes fortunas a costa de la labor de otros. Los ricos compartirán su riqueza por su propia voluntad. Llegarán a esto gradual y naturalmente por propio deseo. Jamás será conseguido por medio de guerras y derramamiento de sangre.141
Es por medio de la amistosa consulta y cooperación, por la asociación y participación justa en las ganancias, que los intereses del obrero y del capital serán mejor servidos. Las armas violentas de la huelga y cierres de fábricas son perjudiciales no sólo a las industrias afectadas, sino a toda la comunidad. Es, por lo tanto, obligación de los Gobiernos el idear los medios para impedir que se recurra a tan bárbaros métodos para arreglar disputas. 'Abdu'l-Bahá dijo en Dublín, Nueva Hampshire, en 1912:
Ahora deseo hablaros sobre la ley de Dios. De acuerdo con la ley divina, los empleados no deben ser pagados solamente por medio de salarios. Deben ser socios en todo trabajo. El asunto de la socialización es muy importante. No será resuelto por medio de huelgas por salarios. Todos los Gobiernos del mundo deben unirse y organizar una asamblea cuyos miembros sean elegidos de entre los Parlamentos y los ilustres de las naciones. Éstos deberán planear con la más grande soberanía y poder, de modo que ni el capitalista sufra enormes pérdidas ni los obreros caigan en la miseria. Deberán dictar la ley dentro de la mayor moderación y luego anunciar al público que los derechos de la gente trabajadora serán firmemente preservados; también deben ser protegidos los derechos de los capitalistas. Cuando un plan general como éste sea adoptado por la voluntad de ambas partes, y una huelga ocurriese, todos los Gobiernos del mundo habrán de resistirla colectivamente. De otra manera, el problema del obrero conducirá a una gran destrucción, especialmente en Europa. Cosas terribles acontecerán.
Esta cuestión será una entre las varias causas de una guerra europea de alcance mundial. Los dueños de propiedades, minas y fábricas deben compartir sus rentas con sus empleados, y dar un justo porcentaje de las ganancias a los que trabajan para ellos, de manera que los empleados puedan recibir, además de sus salarios, algo de la renta general de la fábrica, y así el empleado se dedicará con toda el alma a su trabajo.142
Legados y Herencias
Bahá'u'lláh declara que el individuo debe tener libertad de disponer de sus posesiones durante su vida en la forma que él prefiera, y se exige que toda persona escriba un testamento explicando la forma en que ha de ser dispuesta su propiedad después de su muerte. Cuando una persona muera sin testar, el valor de su propiedad deberá ser calculado y dividido en justas proporciones entre siete clases de herederos, como son: hijos, cónyuge, padre, madre, hermanos, hermanas y sus maestros, disminuyendo proporcionalmente la parte que corresponde a cada uno desde el primero al último. En ausencia de una o más de estas clases, la parte que corresponda a éstas deberá ir al Tesoro público para ser gastada entre los pobres, huérfanos y viudas, o en obras de utilidad pública. Si el muerto no tuviese herederos, entonces toda su propiedad pasará al Tesoro público.
No hay nada en la ley de Bahá'u'lláh que prohíba a un individuo dejar toda su propiedad a una sola persona si así lo desea, pero los bahá'ís serán, naturalmente, influidos al hacer sus testamentos por el modelo que Él trazó para casos de bienes intestados, que garantiza la distribución de la propiedad entre un considerable número de herederos.
Igualdad del Hombre y la Mujer
Uno de los principios sociales que Bahá'u'lláh considera de la mayor importancia es que las mujeres sean consideradas como iguales a los hombres, y que gocen de los mismos derechos y privilegios, e igual educación y oportunidades.
El gran medio en el cual confía para conseguir este objetivo es el de la educación universal. Las niñas deben recibir una educación tan buena como los varones. En realidad, la educación de las niñas es aún más importante que la de los varones, pues con el tiempo estas niñas se convertirán en madres y, como madres, serán las primeras maestras de la próxima generación. Los niños son como tiernas y verdes ramas; si reciben una buena educación cuando pequeños, crecerán rectos, y si no, crecerán desviados y defectuosos; hasta el final de sus vidas sentirán los efectos de la educación de los primeros años. ¡Cuán importante es, entonces, que las niñas sean sabiamente educadas!
Durante Sus viajes por Occidente, 'Abdu'l-Bahá explicó frecuentemente las enseñanzas bahá'ís sobre este punto. En una reunión de la Liga pro Libertad de las Mujeres en Londres, en enero de 1913, dijo:
La humanidad es como un pájaro con dos alas: una masculina, la otra femenina. A no ser que ambas alas sean robustas y estén impelidas por una fuerza común, el pájaro no podrá volar hacia el cielo. De acuerdo con el espíritu de esta época, las mujeres deben avanzar y llenar su misión en todas las ramas de la vida, convirtiéndose en iguales del hombre. Deben estar al mismo nivel de éste y gozar de iguales derechos. Ésta es mi fervorosa súplica y uno de los principios fundamentales de Bahá'u'lláh.
Algunos sabios han declarado que el cerebro de los hombres pesa más que el de las mujeres, mostrando esto como prueba de la superioridad del hombre. Pero vemos a nuestro alrededor gentes con cabezas pequeñas cuyos cerebros deben pesar poco y que, a pesar de éstos, muestran gran inteligencia y poder de comprensión; sin embargo, otras con cabezas grandes cuyos cerebros deben ser pesados, son tontas. Por lo tanto, el peso del cerebro no es medida de inteligencia ni superioridad. Cuando los hombres presentan como argumento de su superioridad el hecho de que las mujeres no han sobresalido como los hombres, están utilizando argumentos pobres, dejando a la historia fuera de toda consideración. Si estuviesen mejor versados en historia, encontrarían que grandes mujeres han llevado a cabo grandes empresas en el pasado, y que hay muchas que están realizando grandes cosas en el presente.
Sobre ello, 'Abdu'l-Bahá describió los éxitos de Zenobia y otras grandes mujeres del pasado, concluyendo con un elocuente tributo a la intrépida María Magdalena, cuya fe permaneció firme cuando la de los apóstoles flaqueaba. Continuó:
Entre las mujeres de nuestro tiempo contamos con Qurratu'l-'Ayn, hija de un sacerdote musulmán. En la época de la aparición del Báb mostró una valentía y un poder tan extraordinarios, que todos lo que la oyeron quedaron asombrados. Se despojó del velo a pesar de la costumbre inmemorial de las mujeres de Persia, y aunque era considerado incorrecto el que una mujer hablara a los hombres, esta mujer heroica sostenía debates con los más ilustrados y los derrotaba en cada reunión. El Gobierno de Persia la tomó prisionera, fue apedreada en las calles, anatematizada, desterrada de un pueblo a otro, amenazada con la muerte; pero nunca flaqueó en su determinación de luchar por la libertad de sus hermanas. Soportó la persecución y los sufrimientos con el más grande heroísmo, y aun en la prisión ganó creyentes. A uno de los ministros de Persia en cuya casa estaba prisionera, dijo: "¡Podéis matarme tan pronto como queráis, pero no podréis detener la emancipación de las mujeres!" Al fin llegó el término de su trágica vida; fue conducida a un jardín y estrangulada. Se vistió para esta ocasión con sus mejores galas, como si fuese a asistir a una boda. Dio su vida con tanta magnanimidad y coraje, que admiró y maravilló a todos los que la vieron. Fue verdaderamente una gran heroína. Hoy día, en Persia, entre los bahá'ís hay mujeres que muestran el mismo coraje y están dotadas de gran percepción poética. Son muy elocuentes y hablan ante grandes auditorios.
Las mujeres deben seguir avanzando; deben extender sus conocimientos a la ciencia, literatura, historia, para alcanzar la perfección de la humanidad. Antes de mucho habrán conseguido sus derechos. Los hombres verán a las mujeres activas comportándose con dignidad, mejorando la vida civil y política, oponiéndose a las guerras, reclamando el sufragio y oportunidades iguales. Espero veros avanzar en todos los terrenos de la vida; entonces vuestras frentes serán coronadas con la diadema de la gloria eterna.
Las Mujeres y la Nueva Era
Cuando el punto de vista de las mujeres reciba la debida consideración, y cuando les sea permitido expresar su voluntad en el arreglo de los problemas sociales, podremos esperar un gran adelanto en los asuntos que han sido muy a menudo tan lastimosamente olvidados bajo el antiguo régimen de la dominación del hombre, tales como los problemas de salud, templanza, paz y consideración por los valores de la vida individual. Las mejoras a este respecto serán de gran alcance y de benéficos resultados. 'Abdu'l-Bahá dice:
El mundo del pasado ha sido gobernado por la fuerza, y el hombre ha dominado a la mujer debido a sus cualidades más potentes y agresivas, tanto físicas como mentales. Pero el equilibrio está variando, la fuerza está perdiendo su dominio, y la viveza mental, la intuición y las cualidades espirituales de amor y servicio, en las que la mujer es fuerte, están ganando en poder. En adelante tendremos una época menos masculina y más influida con ideales femeninos, o, para explicarnos más exactamente, será una época en la que los elementos masculinos y los femeninos de la civilización estarán más equilibrados.143
Los Métodos de Violencia, Abolidos
En el logro de la emancipación de la mujer, así como en otros asuntos, Bahá'u'lláh aconseja a Sus creyentes que eviten toda violencia. Una excelente ilustración del método bahá'í de reformas sociales ha sido dada por las mujeres bahá'ís de Persia, Egipto y Siria. En esos países es costumbre de las mujeres islámicas usar un velo para cubrirse la cara cuando están fuera de su casa. El Báb indicó que en la nueva Dispensación las mujeres serían relevadas de esta incómoda costumbre, pero Bahá'u'lláh aconseja a Sus creyentes que mientras no se trate de una importante cuestión de moralidad, es mejor aceptar las costumbres establecidas hasta que el pueblo haya sido educado, antes que escandalizar a aquellos entre los que uno vive y levantar antagonismos innecesarios. Por lo tanto, a pesar de estar convencidas las mujeres bahá'ís de lo anticuado que es para gentes inteligentes el uso del velo, y su inutilidad e inconveniencia, aceptan esta incomodidad antes que provocar una tempestad de odios fanáticos y de rencorosa oposición descubriéndose el rostro en público. Esta conformidad con las costumbres no es fruto del miedo, sino que es una prueba de la confianza que tienen en el poder de la educación y en la fuerza transformadora y vivificante de la verdadera religión. Los bahá'ís, en estas regiones, están dedicando sus energías a la educación de sus hijos, y especialmente a la de las hijas, y a la difusión y promoción de los ideales bahá'ís, conociendo que, conforme vaya creciendo la nueva vida espiritual entre los pueblos, sus prejuicios y costumbres anticuadas irán desprendiéndose poco a poco, tan natural e inevitablemente como cuando las escamas de los pimpollos se desprenden en la primavera al desarrollarse las hojas y flores a la luz del sol.
Educación
La educación, es decir, la instrucción y guía de los hombres, y el desarrollo y entrenamiento de sus facultades innatas, ha sido el supremo objetivo de todos los Santos Profetas desde el comienzo del mundo. En las enseñanzas bahá'ís la importancia fundamental y las posibilidades ilimitadas de la educación son proclamadas en los términos más claros. El maestro es el factor más potente de la civilización, y su trabajo es el más elevado al que puede aspirar el hombre. La educación comienza en el vientre de la madre y es sin fin, tanto como la vida del individuo. Es la perenne condición de una vida recta y la base del bienestar individual y social. Cuando la educación hacia fines legítimos esté generalizada, la humanidad se transformará y el mundo se convertirá en un paraíso.
Actualmente, un hombre verdaderamente bien educado es un fenómeno raro, pues casi todos tienen falsos prejuicios, ideales erróneos, conceptos equivocados y malos hábitos inculcados desde su niñez. A cuán pocos se les enseña desde su tierna infancia a amar a Dios de todo corazón y dedicar sus vidas a Él; a considerar que servir a la humanidad es el más noble objetivo de la vida, y a desarrollar sus potencialidades para el bien general de todos. Éstos son, sin embargo, los mejores elementos de una buena educación. Llenar meramente la memoria con reglas de aritmética, gramática, geografía, idiomas, etc., tiene comparativamente muy poco efecto en producir vidas útiles y nobles.
Bahá'u'lláh dice que la educación debe ser universal:
Está decretado que cada padre tiene la obligación de educar a sus hijos e hijas en ciencias y en escritura, y también en aquello que ha sido ordenado en la Tabla. Aquel que descuide este mandato (sobre este asunto), si tuviese dinero, tendrá que aceptar que los administradores de la Casa de Justicia requieran de él la suma de dinero necesaria para la educación de sus hijos; por otra parte, si el padre no tuviese los medios, esto recaerá sobre la Casa de Justicia. En verdad que hemos hecho de la Casa de Justicia un asilo para los pobres y necesitados.
El que educare a su hijo o alguna otra criatura, es como si hubiese educado a uno de Mis hijos.144
Todo hombre y toda mujer deberán colocar una parte de lo que ganen en el comercio, agricultura o cualquier otro oficio, a cargo de una persona de confianza, para ser gastada en la educación e instrucción de sus hijos. Este depósito será invertido en la educación de los mismos, bajo el consejo de los administradores (o miembros) de la Casa de Justicia.145
Diferencias Innatas de la Naturaleza Humana
Desde el punto de vista bahá'í, la naturaleza del niño no es como la blanda cera, que puede ser moldeada indiferentemente según la forma que quiera darle su maestro. No. Cada uno, desde el principio, tiene su propio carácter, recibido de Dios, y una individualidad que puede ser desarrollada con gran resultado sólo de una manera particular, y esa manera es única en cada caso. No existen dos personas que tengan exactamente la misma capacidad y talento, y el verdadero educador jamás tratará de forzar dentro del mismo molde dos naturalezas distintas. En realidad, jamás tratará de forzar ninguna naturaleza dentro de ningún molde. Más bien cuidará reverentemente de desarrollar los poderes de la tierna naturaleza, los alentará y protegerá y les proporcionará el alimento y la ayuda que necesiten. Su trabajo es como el del jardinero que cultiva plantas diferentes. Una planta necesita la brillante luz del sol, otra la fresca sombra; una ama la orilla del agua y otra la seca loma; una florece mejor en suelo arenoso y otra en fértil limo. Cada una ha de ser provista propiamente en sus necesidades; de otro modo, sus perfecciones jamás serán plenamente reveladas. 'Abdu'l-Bahá dice:
Los Profetas reconocen que la educación tiene un gran efecto sobre la raza humana, pero declaran que la inteligencia y la comprensión son originalmente diferentes en cada individuo. Vemos ciertos niños de la misma edad, nacionalidad y raza, y aun de la misma familia, bajo la dirección del mismo maestro, que difieren en mentalidad y poder de comprensión. No importa cuán cultivada o pulida sea la concha, ésta jamás se convertirá en la radiante perla. La piedra negra no puede convertirse en piedra preciosa. El espinoso cactus, mediante cultivo y desarrollo, jamás se convertirá en árbol bienhechor. Es decir, que la educación no cambia la naturaleza esencial de la joya humana, pero puede producir en ella un maravilloso efecto. Mediante este poder efectivo, todo lo que está latente en virtudes y capacidades en la humana realidad será revelado.146
Educación del Carácter
Lo más importante en la educación es la formación del carácter. En este sentido, el ejemplo es más efectivo que el precepto. La vida y carácter de los padres del niño, de sus maestros y compañeros habituales son factores de suma importancia.
Los Profetas de Dios son los grandes educadores de la humanidad, y sus consejos y el relato de sus vidas deben grabarse en la mentalidad del niño tan pronto como puede comprenderlos. Son de especial importancia las palabras del supremo Maestro, Bahá'u'lláh, que reveló los principios básicos sobre los que debe construirse la civilización del futuro. Él dice:
Enseñad a vuestros hijos lo que ha sido revelado por medio de la Pluma de Gloria. Instruidlos en lo que ha descendido del cielo de grandeza y poder. Haced que memoricen las Tablas del Misericordioso y las entonen con las más melodiosas voces en las galerías del Mashriqu'l-Adhkár.147
Artes, Ciencias y Oficios
La enseñanza de las artes, ciencias, oficios y profesiones útiles es considerada muy importante y necesaria. Bahá'u'lláh dice:
Los conocimientos son como alas para el hombre y como una escalera para su ascenso. El adquirir conocimientos es obligatorio para todos, pero de aquellas ciencias que pueden ser de provecho a los habitantes de la tierra, y no de aquellas que comienzan y terminan en meras palabras. Los poseedores de las ciencias y las artes gozan de grandes privilegios ante los pueblos del mundo. Ciertamente, el verdadero tesoro del hombre es su sabiduría. La sabiduría trae honor, prosperidad, gozo, alegría, felicidad y regocijo.148
Trato a los Criminales
En una charla sobre el método verdadero para tratar a los criminales, 'Abdu'l-Bahá dijo lo siguiente:
Lo más esencial es que los individuos sean educados en tal forma que eviten y se aparten de cometer crímenes, para que el crimen por sí mismo sea considerado como su más grande castigo, como su más cruel condena y tormento. De esa manera no se cometerán crímenes que requieran castigo.
Si alguno oprimiese, injuriase e hiciese daño a otro y el injuriado acudiese a la venganza, esto sería también digno de censura. Si 'Amru ofende a Zaid, éste no tiene derecho a ofender a 'Amru; si lo hace, esto es venganza, y es muy reprensible. Antes, por el contrario, debe devolver bien por mal, y no sólo perdonar, sino, si es posible, hacer algún favor a su ofensor. Esta conducta es digna de un hombre, porque ¿qué es lo que gana con la venganza? Las dos acciones son equivalentes; si una de ellas es reprensible, ambas son reprensibles. La única diferencia es que una fue cometida primero y la otra después.
Pero la comunidad tiene derecho a defenderse y protegerse; además, la comunidad no siente odio ni animosidad contra el criminal; lo aprisiona y castiga simplemente para la protección y seguridad de los demás.
Así, cuando Cristo dijo: "A aquel que te golpease una mejilla preséntale la otra", era para enseñar a los hombres que no tomaran venganza personal. Él no quiso decir que si un lobo se lanzara sobre un rebaño de ovejas para destruirlo, el lobo debería ser alentado a hacer eso. No; si Cristo hubiese sabido que el lobo estaba dentro del redil disponiéndose a destruir las ovejas, de seguro que habría hecho todo lo posible para evitarlo...
La constitución de las comunidades depende de la justicia... Entonces, cuando Cristo habla de clemencia y perdón, no quiere decir que cuando las naciones os ataquen, quemen vuestras casas, roben vuestros bienes, asalten a vuestras esposas, hijos y parientes y violen vuestro honor, debáis someteros a esos tiranos y enemigos y permitirles llevar a cabo sus crueldades y opresiones. No; las palabras de Cristo se refieren a la conducta de dos individuos, del uno hacia el otro. Si una persona ataca a otra, el injuriado debe perdonarlo. Pero las comunidades deben proteger los derechos del hombre. Todavía queda algo por decir, y es que las comunidades están ocupadas día y noche en hacer leyes penales y en preparar y organizar instrumentos y medios de castigo. Edifican prisiones, hacen cadenas y grillos, preparan lugares de destierro y cautiverio y diferentes clases de opresión y tortura, y piensan que de este modo disciplinan criminales, mientras que, en realidad, lo único que consiguen es la destrucción de la conducta y la perversión del carácter. Toda comunidad debería, por el contrario, esforzarse y procurar lograr, con el mayor celo y esfuerzo, la educación de los hombres, hacer que progresen día a día y ganen en ciencia y conocimiento, adquieran virtudes y buenas costumbres y eviten los vicios, para que no se cometan crímenes.149
Influencia de la Prensa
La importancia de la prensa como un medio de difundir conocimientos y de educar al pueblo, y su poder como fuerza civilizadora cuando es bien dirigida, está plenamente reconocida por Bahá'u'lláh. Él escribe:
Hoy en día los misterios de la Tierra se desvelan y se hacen visibles ante nuestros ojos, y las páginas de veloz aparición de los diarios son, en realidad, el espejo del mundo; ellas muestran las obras y acciones de las diferentes naciones, ilustran las mismas y hacen que se las oiga. Los periódicos son como un espejo dotado de oído, vista y palabra; son un fenómeno admirable y de enorme importancia.
Toca a los escritores y editores, por lo tanto, estar libres de los prejuicios del egoísmo y la ambición, y estar adornados con la vestimenta de la equidad y la justicia. Deben investigar los hechos en forma integral, para informarse de la verdad y escribir de acuerdo con ella. En lo que se refiere a este Ser agraviado, lo que los periódicos han publicado ha estado en su mayor parte exento de verdad. Buen lenguaje y veracidad son, en elevación de posición y rango, como el sol que se ha levantado del horizonte del cielo de sabiduría.150
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