Misas/Alcoholismo
Celebrar las misas con vino tinto, refleja una abominación para una grave enfermedad, como lo es el alcoholismo, darle el carácter de sacralidad a este evento diario, repetido por centurias, es evidente que, el sacerdote con su copa de oro, degustando una sustancia tóxica, etílica, es realmente responsable de una adicción masificada.
¿Dónde están los 10 mandamientos recordados, en cada misa, en cada rito religioso? ¿Cuántas personas conocen el Sermón de la Montaña? ¿Dónde está la sanación espiritual? Cuando a diario vemos degradación humana por todas partes, donde miran los niños y niñas. La decadencia gobierna las mentes, con creencias aberrantes, argumentan de manera retorcida que lo malo es bueno.
Las misas debieran ser verdaderas escuelas formadoras de la moral, la ética, desarrollar valores filantrópicos, con actitudes virtuosas, cualidades benefactoras, para una raza perdida en el mundo de las adicciones dañinas.
Marcia Flandes.
Escritora.
La Mano de Nadie.
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