COPROLALIA/COPROPRAXIA.
La coprolalia, que es una tendencia a decir palabrotas o a utilizar lenguaje obsceno de forma compulsiva e incontrolada, y la copropraxia o tendencia a efectuar gestos groseros, los sitúa en el grupo de pacientes subnormal.
Una sociedad no puede construirse sobre unos cimientos de insulto y desprecio al otro y en este caso en concreto con las personas con diversidad funcional.
Cuando alguien escribe en las redes sociales algo que no gusta demasiado, especialmente cuando se trata de política, se reciben a menudo comentarios entre los que se encuentran amenazas e insultos de toda clase. Pero es curioso que, llevo un tiempo observando, cada vez son más insultos los relacionados con problemas de salud mental, enfermedades, o temas relacionados con diversidad funcional.
El insulto no sólo es una manera de descargar el odio, la frustración, la impotencia, las carencia de todo tipo y el miedo de quien lo emite, también es una forma de violencia que persigue controlar, coaccionar, dañar y modificar la conducta de la persona que lo recibe, sin lograr conseguir modificar conductas.
Ser subnormal, no debe ser un insulto, ya que según la RAE se trata de alguien con una capacidad intelectual inferior a la normal. Entonces ser subnormal, es poseer una capacidad moral o de empatía inferior a la normal.
Es lo que sucede con ese perfil sicológico.
Marcia Flandes.
La Mano de Nadie.
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