DE LAS MARIPOSAS
MUERTAS
Las alas de la noche
siguen cayendo
en el centro de la plaza
mientras él y su poeta
ven pasar el tiempo quebrado
que rebota alrededor.
Impávidos
se tocan los ojos
para no dormir.
De tanto trasnochar por el mundo
los sueños aparecen como fantasmas.
Acosan con tanto verbo suelto
engañando a los ilusos
que se detienen a observar
todo el fulgor de las aguas.
Dónde el fin de esta historia?
Dónde las mariposas ciegas?
Todas las noches se transportan
en una sola
no amanece nunca.
No bastan los faroles amarillos
no bastan los ojos bien abiertos.
Ellos
todos ellos
no veran el sol.
Marcia Flandes
LA MANO DE NADIE.
Me gustó este poema porque trabajas muy bien el verso breve y la figura poética literaria. Siempre es agradable leer buena poesía. Saludos de un aprendiz de poeta
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