DE LAS PAREDES , DE LAS VENTANAS, DEL PISO,
DEL TECHO, DE LAS PALABRAS, DE LA MÚSICA,
DE LOS SILENCIOS INESCRUTABLES,
DE LA DESESPERACIÓN ASFIXIANTE;
EMERGEN LAS FISURAS
TRASLADANDO A TODAS LAS DIMENSIONES
QUE RECORRIERON,
ESTE ALIENTO HÚMEDO
POR CARRERAS DESBOCADAS.
MIENTRAS LA PERMANENCIA DE LOS ECOS
SATURAN IMÁGENES INMÓVILES SIN VIDA,
CIEGOS, SORDOS, SIN ALMA,
SIN PALABRA QUE CALME TANTA ANSIEDAD.
EL INCIENSO BLANCO INMOLA TU PERFIL
ACOSTUMBRADO A LA AUSENCIA,
A LA DESPEDIDA EN AMANECERES FRÍOS,
A LA LUZ DE LOS FAROLES AÚN HUMEANTES.
SI ALGUNA VEZ EXISTIÓ TU AROMA
ÚNICO EN MI CORTEZA,
SIENTO EL ETERNO VIAJE
A NUESTRAS CAVERNAS
PLENA DE SOMBRAS SIN CUERPOS,
SIN VOZ, SIN VISTA, SIN MÁS QUE,
RESTOS DE UNA FOGATA MAL APAGADA.
LA MANO DE NADIE.
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