La pobreza, la sociedad atrasada de hoy es el reflejo de nuestro ser. Si aún no sentimos vergüenza de nuestro entorno, si no queremos ver lo que está dentro reflejado en lo que salta a la vista, es porque no sabemos aplicar la solución correcta. Y ¿cuál es? La señal es clara y evidente: acción, lo que antes era pensamiento o una idea, debe manifestarse en un accionar coherente a nuestra necesidad interna, a modificar nuestro contexto. Después de todo, veámoslo de manera muy egoísta, si quiero estar bien debo trabajar para que todos estén confortables, de tal manera que al fin yo pueda disfrutar de un buen trato con las demás personas, si están satisfechas sus necesidades, no tengo que estar pendiente que me roben lo que ya poseen. Pero cómo se hace esto en la práctica, avanzar a la par con el resto sin caer en la utopía. La teoría es encantadora en el papel, el graffiti, la consigna o el discurso político-religioso-filosófico-sicológico, aunque la palabra es capaz de crear un mundo paralelo, nuestros sentidos de la belleza y el arte nos encaminan por la senda correcta.
jueves, 1 de diciembre de 2011
REFLEJOS DE UNA SOCIEDAD
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