jueves, 31 de agosto de 2017

RAZÓN DE VIDA.

                                 




¿Cuál es el verdadero significado de nuestra vida?

Tal como lo hace una sombra que nos acompaña, esta interrogante nos sigue a lo largo de nuestras vidas, aún cuando no estamos enfocados en ella. Todos, siempre y en última instancia, deseamos que nuestras vidas cuenten y tengan un significado, un sentido.

La buena noticia es que encontrar un sentido de propósito es posible a cualquier edad.  Cuando logramos hacernos la pregunta: “¿Cuál es el significado de mi vida?” esto es sumamente importante ya que nos permite indagar de forma honesta y directa en nuestro interior, y así concentrarnos en clarificar nuestros talentos, valor y potencial. Las siguientes preguntas nos pueden ayudar en el proceso:


1. ¿Qué es importante para mí?

Al hacernos esta pregunta, vemos que a menudo otras personas nos dicen qué es importante. Cuando somos niños, nuestros padres nos proveen estructura y guía. Cuando crecemos., estamos influenciados por nuestros amigos, compañeros y colegas, además de los medios de comunicación, redes sociales  y numerosos distractores externos.

En este paso, es importante que hagamos el esfuerzo por resolver esta situación en varios niveles. En este sentido, es recomendable reflexionar unos momentos sobre los siguientes aspectos:

Cuáles son los principales problemas que vemos en el mundo.
Cuáles son sus causas.
Quiénes son las personas más importantes en nuestra vida.
Cuáles son nuestros sueños y aspiraciones para ellos.
Cuáles son nuestros valores.
Cuán alineado está nuestro estilo de vida actual con esos valores.
Sin duda, un extraordinario ejercicio que nos llenará de recompensas.

2. ¿Para qué soy realmente bueno?

Encontrar significado en nuestras vidas requiere que miremos más allá de nuestros valores y así aprovechar nuestros talentos. Haciendo eso, encontraremos formas de hacer el mundo un mejor lugar, mientras que enriquecemos nuestra vida.

Todos tenemos cualidades y talentos que son únicos. En este sentido es importante intentar descubrir para qué somos realmente buenos; si somos buenos comunicadores, si nos gusta enseñar a otros; si somos creativos, analíticos y/o disciplinados; si existen específicos deportes o actividades que se sienten naturales para nosotros, entre otros.

No dejes que los prejuicios de la sociedad nos coarten el hecho de seguir nuestros sueños. Mientras más únicos sean nuestros talentos, más cerca estaremos de encontrar el significado de tu vida.

3. ¿Cuál es mi potencial?

Las primeras dos preguntas van dirigidas hacia quien eres. Esta última pregunta se enfoca en quién nos podemos convertir. Cada uno de nosotros tiene el potencial de lograr la mejor versión de uno mismo. La vida esta llena de opciones. Deseamos seguir el camino que siempre hemos conocido? ¿o queremos tomar una nueva ruta? Aceptaremos nuestra vida “tal como es”? O buscaremos nuestro verdadero potencial, para que sea nuestra guía en este viaje de vida?

En última instancia, no existe una respuesta definitiva a la pregunta “¿Cuál es el significado de mi vida?”. Esta pregunta es solo un parámetro. La respuesta no vendrá como una luz instantánea, sino que como un gentil ruido de trueno que hace eco con la historia de una vida bien vivida.



Felicidad:


En la actualidad, ser feliz es sinónimo y blanco de los más diversos juicios e interpretaciones. En un mundo cada vez más caótico y lleno de tragedias que vemos y vivenciamos diariamente, y de las cuales es difícil abstraerse, pareciera ser que el conseguir la felicidad fuese un lejano ideal sostenido por un reducido grupo de personas que parecieran vivir alejadas de la realidad actual, y hablando desde un lugar más bien demagógico que pragmático.

Yo solía pensar así y tener esa opinión; y, si bien es cierto, existe todo tipo de personas y formas de ver la vida, lo importante finalmente es la experiencia que cada uno de nosotros tenga respecto a ello. En este sentido, fue un largo proceso para mi comprender lo anterior e integrar dos importantes lecciones que, en la actualidad, son parte de mi experiencia personal :

La felicidad, más que constituir una meta en sí misma o un estado a lograr, es más bien una elección interior y personal constante, de cada momento.
En última instancia, no hay nada ni nadie en el afuera que nos  pueda brindar más felicidad que la que nosotros podemos dar a nosotros mismos.

Todo esto puede sonar muy adecuado y fácil de comprender en una primera lectura. Ahora bien, el real desafío para todos nosotros es el siguiente:

Qué pasos concretos podemos tomar día a día para ir experimentando ser feliz en medio de todas las preocupaciones de la vida diaria?

A continuación, comparto cinco acciones cotidianas sumamente sencillas que, en lo personal, me han ayudado enormemente y nos permiten mantener en gran medida un buen estado de equilibrio entre nuestra vida agitada y el desarrollo de una experiencia de alegría interna:

1)        Agradecer:
 En mi columna titulada “El poder de las gracias” ilustro la importancia de mantener un estado de gratitud con nosotros mismos y con nuestro entorno, a través de un simple ejercicio. El agradecer nos hace mejorar nuestra autoestima, autoconfianza y motivación y, con ello, nos mantiene conscientes y claros respecto de nuestro poder interno, lo que se transforma en un gran propulsor para el desarrollo de nuestra felicidad interna.

2)        Sonreir: 
La sonrisa y la risa constituyen grandes activadores de endorfinas, hormonas asociadas a la sensación de bienestar y felicidad internas, las cuales, además, tienen directa relación con la salud de nuestra mente y cuerpo. Sonreírle a la vida, es por sobre todo, una formidable y enriquecedora experiencia llena de contrastes y aprendizajes, debiese ser, sin duda, nuestra actitud de vida.

3)        Flexibilidad: 
Ser conscientes que todo en el afuera es transitorio y puede cambiar en un segundo nos invita a desarrollar la flexibilidad, integrar el hecho que en nuestra vida siempre se dan diferentes resultados, muchos de ellos corresponden al logro de lo que deseamos y el resto, a lo que necesitamos para aprender grandes lecciones. Aceptar nuestras vivencias cotidianas como oportunidades de crecimiento permanente, nos sitúa, sin duda, en una experiencia de gran apreciación por nuestra vida y nuestras circunstancias.

4)        Vivir y disfrutar el momento: Darnos cuenta que nuestro paso por esta vida es breve y que siempre tenemos este momento para volver a nuestro centro y, a la vez, disfrutar de nuestros logros y nuestro entorno, es fundamental. Detenernos un instante y enfocarnos con intención en nuestro cuerpo, especialmente nuestra respiración, es una buena manera de ponernos en contacto con nuestro centro y con el poder que encierra este preciso momento.

5)        Generosidad: 
Salir de nuestros dramas personales y enfocarnos en dar a los demás, desde dar un consejo a ayudar genuinamente a quienes más lo necesitan, nos permite aumentar nuestra perspectiva de las cosas  y darnos cuenta que nuestra vida es mucho mejor de lo que pensamos y que la felicidad se encuentra, muchas veces, en las cosas más sencillas.

Gran parte de lo que significa ser espiritual radica en las cinco acciones que acabo de mencionar.  Todas ellas constituyen un ejercicio diario para familiarizarnos con nuestro centro y contactarnos gentilmente con una experiencia de felicidad que, más que constituir una meta a seguir, es un proceso de cada instante. Proceso que, sin duda, vale la pena vivir y trabajar por él.

Felipe Cortés.




                                       



                                     
                                   



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