domingo, 28 de enero de 2018

INVÍTAME A DAR UN PASEO

                      



INVÍTAME A DAR UN PASEO. 

Oct 18, 2009

...cuando la memoria del cuerpo
se despierta, y un antiguo deseo atraviesa la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan,
cuando las manos sienten
que aún te tocan.

VUELVE
K. KAVAFIS.

INVÍTAME A DAR UN PASEO.

"YO TE ENTREGO LA MITAD DE MIS HUESOS"*

Manos que galopan sin rumbo no me aten los ojos ni la voz, apenas soy un pedazo de piel respirando. Sin querer caen los huesos de mi voluntad. No importa que el dolor reme hasta la orilla de tu pecho y no te abrace más, ya nunca más con mis alas, porque no tengo alas ni brazos ni piernas y el sol de mi boca se apaga.
Sucede que anoche me atrapó el musgo de una nueva y frenética ansiedad, más fuerte y honda que la anterior.
Sé que me quedo todo el tiempo mirando el horizonte sin poder tocarlo.
Pero ahora no sé si los párpados se abrirán para tragar todas las montañas, las aguas dulces y saladas, los colores de la tarde y tu palabra emergiendo de otro mundo. Ese mundo impregnado de hojas secas en sus orillas, con la humedad que me sigue sin pausa, lejos del asco, tirado en la basura de otro lugar.
Siento que pronto voy a escribir con mis dedos en tu columna y tus hombros  se abrirán como abanico al encuentro de mi rostro sudoroso. No obstante, ciento de veces he visto en mis viajes al pasado esos tallos que asoman tiernos y embriagados, pero en cada invierno se rompen los pulmones de los muertos que se estiran en bóvedas de cicuta. Los muertos caminantes y desérticos, bebiéndose todos los cactus, secando las raíces en una mesa de vasos secos.
Aunque debamos  extraviarnos para siempre, no voy a transar con mi tarjeta de crédito el resto de las palabras de aquellos trashumantes ni dejaré manso el lomo para que las vacas sagradas caminen por él. Solo miro detrás de la luna, porque ahí te escondes para mí, después de esa noche, cuando nos suspendimos del planeta rojo y nos impregnamos  de tantas luces con nuestras ropas líquidas en movimiento. Al desprenderme te dije: muy pronto daré un paseo sobre la ciudad de cruces, creo que es lo mejor en estos momentos. Y así fue. Di la vuelta para no tropezar con tu sombra, dispuesta a hipotecar tu felicidad, porque a fin de cuentas no sabe parir con sangre.
Siempre lo dijo: sin que nadie me vea, eyaculo mi verguenza. 
Todo queda atrás, menos tu aliento verde, que está aquí lamiendo mis heridas.
Luego vuelve a ser como al principio. El bosque húmedo, los troncos tirados en el camino y nosotros hablando de ríos subterráneos. Nos atrapamos por un tiempo largo. Nos despojamos hasta de nuestras sombras y nos aturdimos con nuestras íntimas plegarias, para luego quedarnos absortos, a formar parte del barro, destilándonos  gota a gota, cada uno en furtivos pasos.
A pesar de tantos recorridos, el rumbo se pierde y nada lo detiene. En cambio, unos cuantos porfían por otras cosas, otros nuevos espacios entre las ruinas, que serán nuestras voces.
Si esta vez me dicen que ya basta de volar por otras esféras, dejaré en silencio todas mis páginas, para viajar a instalarme en tu oído susurrándote cada uno de mis secretos, lo de siempre.
Al final seremos devorados por la mismo locura.
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*Mafud Masis.

LA MANO DE NADIE.
Marcia Flandes

Poema hermético..



                       

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